Sinopsis: Hannah tenía un futuro prometedor en aquello que
más amaba: la danza sobre hielo. Una meta por la que había luchado junto a
Nicholas, su mejor amigo y compañero, durante los últimos diez años. Hasta que
el error de otro le demostró lo efímeros que pueden ser los sueños. Mikhail
hace mucho que olvidó lo que era disfrutar al salir a la pista. Es más, tras la
lesión que lo obligó a retirarse del patinaje artístico, creyó que nunca
tendría ocasión de recordarlo. Sin embargo, el destino parece dispuesto a darle
la oportunidad de volver a competir y, sobre todo, de cumplir una promesa
grabada con tinta en su cuerpo. Claro que para ello tendrá que convencer a
Hannah de que juntos pueden lograr grandes cosas. Para ambos, luchar por un
nuevo comienzo significará tener que hacer frente a sus heridas emocionales,
porque solo si son capaces de curarlas encontrarán la manera de vivir y amar
sin fronteras.
Opinión personal:
La historia de este libro está contada desde tres
puntos de vista: el de Hannah, Nick y Misha. Cada uno de los personajes cuenta
sus vivencias y como buscan la manera para salir adelante luego de unos sucesos
trágicos que les costó vivir.
Cuando uno ve el libro a simple vista piensa que
será una historia puramente romántica, aunque si encontramos amor este no es el
centro de todo, hay detrás historias dramáticas y de superación.
Hannah y Nick, han sido mejores amigos desde
chicos y además son las promesas de patinaje artístico sobre hielo en su país.
Un día, luego de salir de una fiesta, son embestidos por un auto cuyo conductor
estaba borracho. Por su parte Misha, uno de los mejores patinadores, sufre una
lesión que la cual lo obliga a salir de las pistas (además de sufrir por unos
oscuros secretos).
Estos tres hermosos personajes cruzaran sus vidas
y demostraran una hermosa lección de vida.
Súper recomiendo este libro, me encanto. La pluma
de la autora es comprometida con la historia.